A fuera se libra una de esas batallas que la gente llama épicas con terror. Balazos, lacrimógenas, sirenas de pacos y de ambulancias. Aquí adentro con suerte me afecta el ya debilitado olor a acido, pero la batalla también es épica con terror. Porque, como acabo de escuchar, se que tengo desazones de verte… o sea resumiendo estoy jodida y radiante, quizá más lo primero que lo segundo y también viceversa.