Cotidiana VI

Ella llevaba un vestido con flores. Corto, pero nunca para espantar. Se había depilado las piernas y pintado los labios. El cabello le llovía por la espalda, gracioso. Subió al metro. Él iba sentado a un costado del vagón. Miraba la puerta, el suelo, la ventana. La miraba a ella. Su concentración se detenía en el movimiento del tren. En la sutil brisa que le acariciaba a ella en el borde del vestido. Y volvía a mirar la puerta, el suelo, la ventana. Yo los miraba a ambos. Y me reía. De ella, la pretenciosa. Y de él, el salival.


asdf...

La hora, quién sabe. La tv aún está prendida, al menos. ¿Hora 25? Tal vez. Quizás es sólo un reclame. Es una noche más vacía que llena. Leía un mamotreto lúgubre cubierto de ataúdes y reflexiones de muerte. Lejos no la mejor opción, sin embargo la única que atrapó mi atención desenfocada. Me puse los audífonos para no escuchar la conversación de mis hermanos. Mi hermano intentaba explicarle anatomía a mi hermana. De verdad ha aprendido algo esta semana ¿Demasiado para su propio bien? En volá… Antes sonaba una canción de Pulp súper sexy. Le daba un tono aterrador al sujeto de los ataúdes. Pero mientras abrí el Word y escribí eso, la canción cambió a Disco 2000. Tenías razón. Es lejos lo más triste que he escuchado. Claro, todos nos hemos sentido así alguna vez. O hemos hecho sentir así, lo que es peor. En fin, volvió a cambiar el tema. Los lalala siempre son agradables. Más universales, supongo. Cualquiera puede decirlos, no hay que ser especialmente brillante. No estoy pensando nada en específico en este momento. Sólo mato tiempo. Me como minutos. Algo así como para sentirme ocupada. Mentira, por supuesto. Quizás debería ponerme a escribir mensajes amenazantes. Cosas terribles, sin sentido, de una vida posmodernamente aburrida. Pero nah. ¿Para qué? Armando Uribe Arce ya lo hizo. Solito y sin copiarle a nadie. Mentira también. Nada es original en este mundo. “…Todos tenemos padre lo que nos hace miembros de la raza de los hombres y todos moriremos lo que nos hace miembros cofrades de la serie (sin epitafio) de las lápidas…” Que fuerte. Estoy choqueada. Y claro, mientras, el Different class sigue sonando. Curioso: “…If I close my eyes I can visualise everything in it right down…” Que fuerte. Estoy choqueada. Esta canción me supera. Es demasiado. Voy a aprender a deletrear en inglés. Suena pro. Hasta ahora, las canciones sólo me habían enseñado a decir “Be a C-Y-N-I-C (Or you’re not going anywhere)”. Sabio. Con una i entre paréntesis, debo añadir. O sea, brillante. Una duda filosófica: ¿qué son las erratas? El libro de los ataúdes se dio vuelta y apareció esa especie de tomo dos que contiene en la parte trasera escrito al revés. Sí, es un libro místico. Lo más shúper loco de todo es cuando ambos se encuentran en el medio. Las erratas y los ataúdes. Una nota escrita a mano en el original los separa. Este tipo era un genio, aunque hable sólo pavadas de vidas y muertes. Voy a dejar de escribir cuando termine la hoja. Ya lo decidí. Quizás suba esto a Facebook. Sí, muy probablemente lo haga. Ok, la canción que suena ahora me da miedo. Metafóricamente. ¿Estaré pisando el Ketchup? Nah, esa es una categoría extremista. Una que sólo aplicaría a tres personas que conozco. Bien, tres y dos séptimos redondeado. La última duró un fin de semana, o menos. No pensaba siquiera ver cuánto faltaba para el fin, pero no me resistí. Es poquito lo que queda. Y sólo una última canción. Bar Italia. Que inmensa casualidad. Así es exactamente cómo me siento en este preciso momento. Insisto, estoy choqueada. Mañana la escucharé y no será lo mismo. Por eso la puse de nuevo. Entre medio encontré el final perfecto para esto. De esos que me gustan, porque suenan reales, no inventados. Pero me faltan líneas que rellenar. No demasiadas, quizás con tres o cuatro basten. Lo suficiente para pensar en la sábana que acabo de tejer. Tal vez la lea de nuevo. Antes de subirla, exibicionistamente. En fin. Lindo disco. Valió la pena ponerle atención. Fue una buena idea. Igual que el libro. Aunque fuera oscuro y lúgubre. Terminemos con esto. “If you can make an order could you get me one. Two sugars would be great 'cos I'm fading fast and it's nearly dawn.” FIN.


Informe IV (16.11 17.01)

La única cosa en el mundo más desagradable que verla comer es oirla.


La vida no debería. Simplemente, es...

...Una ida y vuelta de cosas que van y vienen. Como cuando lees una nota de alguien en Facebook y piensas en “hmm… no”, pero aún así no se lo dices, porque obviamente es políticamente incorrecto.

La vida no debería. Simplemente, es mucho más que sólo el lado medio lleno de los vasos. No se trata de no ser positiva. O de ser amargada. Ni siquiera de llegar a sentir envidia por la plenitud ajena, ni nada que se le parezca…

Es sólo que la vida también es cuando las tostadas se te queman. Y el humo cubre la cocina y la casa entera con el denso aire de mañana de domingo o de tarde de inverno. También es cuando hay que abrir todas las ventanas y agitar la puerta para limpiar el ambiente. Y entre tanto olor a pan te empiezan a sonar las tripas, que por supuesto tienes que postergar al raspado de las negras quemaduras y el cubrimiento de la mantequilla que quizás ya no se derrita como en los comerciales.

La vida también es cuando sólo encuentras canciones malas en la radio. De esas socialmente inaceptables. Repudiadas y repudiables. Pero igual las cantas, sólo porque te las sabes de memoria, aunque nadie más lo sepa.

La vida también es cuando te encierras en el baño a llorar. O cuando te cubres con la almohada cuando todos duermen y las lágrimas salen solas. O cuando te despiertas y descubres tu cara tensa, tus ojos rojos, tus mejillas ardiendo, tu boca torcida. Cuando te miras al espejo y te sientes lo peor del mundo. Y, sobre todo, cuando te lavas la cara y sientes que eres un imbécil por haberlo pensado.

La vida es también cuando miras a alguien que no te devuelve la vista. Cuando piensas que la otra persona no sabe que existes. Cuando te quieren sólo como amigo. Y tú sólo puedes sonreír mientras se te quiebra el corazón. Cuando abrazas desde el alma mientras te quieren soltar. O cuando no te sueltan, sólo por hacer lo correcto. Cuando eres tú quien abraza por lastima.

Claro, también lo es al revés. Cuando no hay nada más que decir y solo cierras los ojos y sonríes, de verdad. O cuando los abres y lo primero que ves es esa pequeña arruguita en la comisura de la boca.
La vida es mucho más que ser (o creerse) un artista, un poeta, o un rockstar. Es mucho más que compartir la alegría, la buena onda, la amistad de a ratos. Es mucho más que sólo pasarlo bien.

La vida es una ida y vuelta de cosas que van y vienen. Como decía Glup! Ayy, la vida, da tantas vueltas, no dejes que te atrape, Ay, ay, ay, ay, ay la vida da tantas vueltas, aha...


Informe III (6.11 12.33)

Ahora el sueño me está corroyendo. No se con qué cara.


20 octubre

Compañero, usted sabe. No hasta dos, ni hasta diez. Y cuando digo esto, no alerte sus fusiles, ni piense qué deliro. Recuerde con y sin nostalgia. No para que acuda, presuroso en mí auxilio. Sino para saber a ciencia cierta. Aunque sea hasta dos, aunque sea hasta cinco. Pero hagamos un trato. Recuerde con y sin nostalgia. A pesar de la veta, o tal vez porque existe. Compañero, usted sabe.








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*Benedetti, obvio


Informe II (1.38 29.09)

Desvariando de insomnio entre las sutiles diferencias que separan a actantes de actores en la filosofía lenguaestratosférica de Greimas, estoy lo suficientemente distraída como para escuchar la Limón Soda que pasa por mi garganta como una ligera marea de espuma chocando contra el paladar.